Después del estreno en EL SALVADOR,
el próximo 8 de marzo estrenaré
VIEJOS DE MI...
En Banfield
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por Héctor Ismael Sermeño*
En ocasiones, cuando somos jóvenes maltratamos y/o
despreciamos a los viejos, cursimente llamados ahora «adultos mayores» en la
moda de los eufemismos políticamente correctos. No todos asumimos que con el
paso del tiempo, también llegaremos al status de viejo y que podríamos ser
maltratados también.
El espectáculo que el genial actor, productor y marionetista
argentino Sergio Mercurio trajo en su gira por América y que estrenó en El
Salvador con motivo del décimo aniversario del teatro Luis Poma, trasciende el
«sketch» tradicional que conocíamos del actor y presenta una muy acabada
propuesta teatral verdaderamente insuperable.
La historia de dos amigos ya en la vejez presenta dos personalidades diferentes; uno
caracterizado en una marioneta (Juanito) y otro representado por el mismo
Mercurio(Juárez), pero ambos actuados por el excelente artista. El
desdoblamiento del actor en escena es de tan sencillo en apariencia, grandioso,
demostrando que es muy bueno dando voz y
movimiento al personaje marioneta, como al suyo como Juárez.
Los elementos teatrales de montaje son muy bien entretejidos
y utilizados tanto dentro del proceso mismo de éste, como en el uso del espacio escénico.
Estupendas luces y dos muy buenos auxiliares en las otras marionetas que son
unas palomas y una tetera llamada coloquialmente pava en Argentina. Igualmente
la reproducción de los dibujos elaborados con polvo del mate en una pantalla,
ejemplifica como se utiliza apropiadamente la tecnología audiovisual.
Sin embargo es el texto el elemento más valioso entre
tantos: en contrapunto vamos conociendo de los personajes y cómo se han
relacionado a lo largo del tiempo que ha durado su amistad.
La música de Pugliese enmarca toda la puesta en escena, junto con la de
Juan Pablo Marcó. El tango argentino universal como elemento de identidad
cultural local y latinoamericana, tradicionalmente cargado de nostalgia, de amor
y desamor construye ambientación para los diálogos y la obra. La música llega
a parecernos un personaje más.
Mercurio hace reír,
su fino humor es cuasi necesario en sus montajes. De hecho un sector del
público esperaba solo reír. Pero esta vez también analiza un tema distinto: el
desgaste cerebral que provoca el alzhaimer, igual con mucha delicadeza y mucho
muy teatral.
Juanito llega al final de su vida sin saber que ya había
llegado, su amigo Juárez le ayuda
cargándolo como a un pequeño niño en una escena repleta de ternura con la que finaliza
el montaje. La amistad, la verdadera, la eterna, únicamente
podría finalizar de esta manera.
Sergio Mercurio nos trajo y regaló la mejor puesta en
escena de 2013; una verdadera cátedra
del quehacer teatral. Quedo agradecido.
*Escritor, historiador y crítico de artes. Colaborador de
Contracultura.