jueves, enero 16, 2014

VIEJOS DE MI....

Después del estreno en EL SALVADOR,
el próximo 8 de marzo estrenaré

VIEJOS DE MI...
En Banfield
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por Héctor Ismael Sermeño*

En ocasiones, cuando somos jóvenes maltratamos y/o despreciamos a los viejos, cursimente llamados ahora «adultos mayores» en la moda de los eufemismos políticamente correctos. No todos asumimos que con el paso del tiempo, también llegaremos al status de viejo y que podríamos ser maltratados también.

El espectáculo que el genial actor, productor y marionetista argentino Sergio Mercurio trajo en su gira por América y que estrenó en El Salvador con motivo del décimo aniversario del teatro Luis Poma, trasciende el «sketch» tradicional que conocíamos del actor y presenta una muy acabada propuesta teatral verdaderamente insuperable.

La historia de dos amigos ya en la vejez presenta  dos personalidades diferentes; uno caracterizado en una marioneta (Juanito) y otro representado por el mismo Mercurio(Juárez), pero ambos actuados por el excelente artista. El desdoblamiento del actor en escena es de tan sencillo en apariencia, grandioso, demostrando que es muy bueno dando voz y  movimiento al personaje marioneta, como al suyo como Juárez.


Los elementos teatrales de montaje son muy bien entretejidos y utilizados tanto dentro del proceso mismo de éste,  como en el uso del espacio escénico. Estupendas luces y dos muy buenos auxiliares en las otras marionetas que son unas palomas y una tetera llamada coloquialmente pava en Argentina. Igualmente la reproducción de los dibujos elaborados con polvo del mate en una pantalla, ejemplifica como se utiliza apropiadamente la tecnología audiovisual.

Sin embargo es el texto el elemento más valioso entre tantos: en contrapunto vamos conociendo de los personajes y cómo se han relacionado a lo largo del tiempo que ha durado su amistad.

La música de Pugliese enmarca   toda la puesta en escena, junto con la de Juan Pablo Marcó. El tango argentino universal como elemento de identidad cultural local y latinoamericana, tradicionalmente cargado de nostalgia, de amor y desamor construye ambientación para los diálogos y la obra. La música llega a  parecernos un personaje más.

Mercurio hace reír,  su fino humor es cuasi necesario en sus montajes. De hecho un sector del público esperaba solo reír. Pero esta vez también analiza un tema distinto: el desgaste cerebral que provoca el alzhaimer, igual con mucha delicadeza y mucho muy teatral.

Juanito llega al final de su vida sin saber que ya había llegado,  su amigo Juárez le ayuda cargándolo como a un pequeño niño en una escena repleta de ternura con la que finaliza el montaje. La amistad, la verdadera, la eterna,  únicamente  podría finalizar de esta manera.

Sergio Mercurio nos trajo y regaló la mejor puesta en escena  de 2013; una verdadera cátedra del quehacer teatral. Quedo agradecido.

*Escritor, historiador y crítico de artes. Colaborador de Contracultura.