miércoles, febrero 28, 2007

DOS MAS


Es miércoles ya, de a poquito, el dolor de estómago, la altura, y el cansancio van quedando atrás. Paralelamente me empiezan a llegar los ecos de la obra.
Hay unos emails que me han emocionado particularmente, hay una llamada que me ha dejado llorando.
"Eduviges es mi papá"
Pero sin duda hay un hecho que me ha trastornado.
El domingo me empecé a recoger, Aurelio hizo un churrasco en su casa y nos juntamos casi todos los amigos queridos. Fue en Cumbaya con los amigos que primero hice en este cariñoso país.
Cerca de las 4 de la tarde hizo su aparición bastón en mano, la abuela de Aurelio. Cuando supo que yo estaba con su nieto se vistió bonito, se pintó sutilmente y atravesó el jardín mirándome. Sus 96 años desaparecieron cuando me soltó-
-Vengo a pedir la mano del profesor.
Después nos abrazamos.
Ya no es miércoles, falta poco para que estos viejos que he traído, vuelvan al teatro para quedarse en la memoria de la gente que habita entre volcanes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Sergio, hoy me enteré de su próxima función en El Salvador y sabe, a tan sólo pocas horas de haber perdido a un ser querido, esta ha sido una muy buena noticia para mi, y como escribió usted en mi libro de cuentos y viajes suyos "gracias por volver" pero ahora soy yo la que se lo dice a usted.

Un Abrazo