sábado, febrero 24, 2007

Sucedió


Taca intentó que no llegase a destino, trataron de que no suba al avión exigiéndonos la vacuna contra la fiebre amarilla, argumentando que si no la teníamos nos deportarían. La idea se les ocurrió a las 4 de la mañana del miércoles cuando teníamos que viajar a QUITO. Tuvimos que despertar a toda mi familia para que encuentren en mi casa las benditas vacunas. Nos dieron de plazo las 6 menos 10 de la mañana. Mi mamá tuvo que en la noche salir de su casa para ir a la mia a encontrar en nuestros cajones esas vacunas. No hubo manera de que TACA entienda que estábamos invitados por la alcaldía de QUITO, por el teatro más importante del país.
"Sin vacuna no suben".
A las seis menos cinco llego mi hermano y mi madre con todos los papeles que encontraron.
Subimos y llegamos, a pesar que de Perú a Quito, en pleno vuelo se abrió la bodega del avión y tuvimos que regresar a Lima.
En Quito nos esperaban con un cartel de bienvenida antes de entrar a migración y obviamente nadie nos pidió nada de vacunas. Un brindis por TACA y ya lo olvidamos.
Despué fue toda una vorágine. Mal de altura, entrevistas, ensayos técnicos, tratar de encontrar a los amigos.
La ayuda invalorable de Gerson para diseñar las luces y para marcarlas en el teatro. La presencia de Santi. Y la producción impecable de Diego.
A las 8y 20 horas del viernes 23 las entradas se agotaron.
Las 750 localidades .
Yo no respiraba bien por la altura estaba agotado de entrevistas y ensayos técnicos. Se notaba la ausencia de Gerardo.
Sonó la tercera llamada.
Después sucedió la magia. Fue lenta. Desde la entrada de Tronco hasta la del Profesor el teatro se iba calentando lenta y firmemente. El Profesor hizo estallar el teatro y casi no puedo acabar con el texto final de la obra porque los aplausos no me lo permitían.
Ahora son las 8 de la mañana en Quito. La función de hoy está por agotarse y debemos ampliar la temporada.
No se cuánto tiempo real tardé en crear Viejos.
Pero ayer sucedió.
Dejo dos comentarios.
El amigo de Diego, el que estaba sentado en la primera fila, aquel que Diego estima mucho dijo
"Tronco es mi padre"
Y la abuela de Aurelio, ella que le aviso que yo estaba volviendo al país y que ella ya había comprado su entrada. Ella que hoy tiene 96 años. dialogó de esta manera con su nieto.
-Abuelita que le pareció el espectáculo?
- Me enamoré del profesor.

En fin .
Sucedió. Estos viejos dejaron de pertenecerme.

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