viernes, agosto 26, 2011

HOY

Hoy cuando terminé la función "De banfield a México" en español, voy a haber hecho la mitad de toda la temporada. Ahora que estoy casi ahi, casi en las 12 presentaciones, recuerdo que cuando Clodoaldo me propuso este esquema, pensé que iba a ser un esfuerzo demasiado grande, no sabía si el cuerpo me iba a aguantar, además que no sabía si iba poder pasar del francés al portugués en media hora y después montar de nuevo para empezar en español y en quince minutos despues arrancar en portugues, que cuatro espectaculos era demasiado. Pero a la vez pensamos que sin una propuesta interesante y diferente la gente no iba a llegar. La propuesta fue diferente pero la gente al menos en lo mímino que esperamos nunca apareció. Pero bueno ya casi estoy pasando la mitad del trabajo. Es una sensación extraña trabajar en teatro, hay algo de agricultor en este trabajo, uno hace la mejor, siembra lo que puede, pero todo depende del tiempo. A veces da un montón de cosecha, es increible parece que uno aprendió a sembrar y que de ahi en adelante va a cosechar siempre mucho. Pero no es así. Viene mal tiempo. Uno levanta la vista al cielo, y reclama, grita, renuncia. ¿Por qué? Uno se dice, "yo ya me agache mil veces", ¿no puedo ahora tirar la semilla desde aqui? ¿No puedo no agacharme para volver a empezar? Parece que sí, de pronto parece que si, pero siempre es no. El tiempo y la suerte van de la mano. Ayer Magrao, el técnico de luces del teatro estaba mirando el espectáculo con su hijo, lo ha visto mil veces, en un momento no pudo controlarse y empezó a reír, trataba de controlarse porque sabía que Beto lo iba a agarrar de punto, porque reía muy fuerte, entonces hizo un esfuerzo y se trabó, pero el esfuerzo lo hizo empezar a llorar de la risa, se tapó la boca, y de pronto no soportó más y explotó solo a reir justo cuando nadie reía. Sucedió lo que él sabía, "ahora me va a agarrar a mi y me va gastar". Y así fue,Beto lo gastó, pero cada cizaña de Beto, más lo hacia reir. Su risa terminó contagiando a todo el mundo y todos rieron. Tal vez fue en ese momento me olvidé que eran 22,nadie contó 22 y con 22 no da para vivir de este trabajo. Me acordé sin embargo que lo que sucedió es lo que me gusta, y que hoy me puedo joder en paz conmigo porque otro día el tiempo va a mejorar y va a volver la cosecha grandísima interminable y me va a parecer que eso es siempre.
Porque siempre es siempre es hoy, pero saben qué, estuvo buenisimo ayer, ya no depende de mi que vengan a verme. Es una cuestion del tiempo. Los pequeños productores saben de lo que hablo, por favor, no piensen en la Sociedad Rural Argentina, nada está tan lejos de mi como esos señores que se dicen de campo.

1 comentario:

Omar dijo...

A veces el artista no es apreciado como su talento merece, y la apatia de la gente molesta, pero la fuerza nos la da ese público que se anima y apoya al artista desconocido. Los que tuvimos la suerte de conocerte y conocer tu arte, sabemos que el reconocimiento no tardará en llegar por esos lares. Mucha mierda. Un fuerte abrazo. Omar (San Lorenzo - Sta. Fe)