lunes, agosto 06, 2018

Noticias de Italia XLIII

Me arruinaste el espectáculo, grita el gordo, ésto no es ético. Es de noche, estamos en Montone. un paese pequeñito en la provincia de Teramo. Es el festival "Entre el Sol y la Luna". El paese tiene 17 habitantes fijos pero hoy hay 1000 personas dando vueltas y viendo el festival, que sucede en todas las calles y recovecos, a pocos metros de distancia y con una infraestructura envidiable. Es estar en un cuento. A mí me ha tocado, según yo, el mejor lugar. Estoy en una plazuela, rodeada de casas de dos pisos antiguas.  Hay instalaciones alrededor, y a una cuadra en la explanada de la iglesia hay sobre el piso, 250 sábanas dobladas donde se proyectan sin interrupción un mar. Es un mar que baja de la iglesia. Yo estoy a una espalda de la plaza. Es mi última presentación en Italia.  Hay problemas con la programación porque muchas cosas empiezan al mismo tiempo. Y ya sabemos que las cosas se sobreponen y nadie de la organización aparece para decir ahora empiecen ustedes, es algo caótico, algo como el público que se sienta en sillas y otros pasan, igual que pasan los perros. En el medio de mi espectáculo, un tipo grita, saquen este perro, dónde esta la organización.  Yo estoy debajo de un cielo limpio, hacer presentaciones al aire libre es algo que no había experimentado nunca. Pero aquí estoy. No me gusta, pero lo estoy haciendo. La plaza estalla cuando Caca grita Dios. No sé porque se baja el volumen del micrófono, debe estar fallando. No importa, sigo. Por más que ahora escuchó el ruido del mar, de la instalación de 100 metros que me está rompiendo las bolas.  Los niños quieren hablarle a la bruja. Cuando termino la escena y voy a dejar a Caca en el piso, un perro se me viene encima para agarrarla. Yo no lo puedo creer, el perro es chiquito, yo no sé si estuvo viéndola y decidió llevársela. Caca está en el piso y justo cuando el perro abre la boca para llevársela, le meto una trompada en el hocico, el perro recula. En la plaza debe haber mas de 300 personas. Yo no sé si estoy hablando bien el italiano, es la vez que estoy más perdido, pero las cosas funcionan. GLI ALTRI; GLI ALTRI, pienso, ésta vez debo decirlo bien. Bueno, estoy todo transpirado y he terminado. Están aplaudiendo. Le pido a Carla que me encienda las luces del público. No están todos los que estaban pero hay muchos. Fiore está contento. Al lado cerca de Carla, está el gordo. Yo lo vi de reojo, y pensé, mirá vos el gordo vino a verme. Al gordo la conocí en la charla que dimos a las tarde. Hubo un encuentro con artistas y el gordo se sentó a mi lado aunque reconoció que no era un maestro, porque él era solo un profesor universitario que ésta vez venía a presentar su espectáculo su obra de Ovidio. Pantomima que no era pantomima. Hablaba sin parar, me llamó la atención que se presentó a sí mismo como un hombre viejo, sordo y que habla en voz baja.  Todo el mundo que me conoce un poco, sabe que yo no guardo ni un poco de estima con los estudios artísticos universitarios. Para mí todos y cada uno de ellos son lugares donde enseñan los que no hacen. O enseñan los que han dejado de hacer, lo que equivale a lo mismo. Me parece mucho más un lugar de pedantería. Una perdida de tiempo. Estudiar en una universidad artística me equivale a recordar la formación de todos los equipos de futbol y sus posiciones en los torneos. Sirve para hablar un rato. Ambos son estadistas. El gordo me ha dejado que responda una pregunta y ahí se larga a presentar su trabajo, está muy bien lo que dice, yo lo miro diciendo mira este tipo como sabe, como se acuerda cosas. Lo mismo siento cuando me habla Osvaldo Fani. Me pongo en la cancha, señalo un tipo de Chacarita y le pregunto de dónde salió el 4, y ahí Osvaldo me cuenta toda la trayectoria.  El gordo dice que su trabajo es más simple que el mío, pero se toma 15 minutos para explicarlo y su argumento va desde Dalí, Ovidio, Gurdieff, el Odin Teatro, Grotowski así hasta decir 11 jugadores y el técnico. En un momento, vienen otros a hablar y yo me levanto de la silla y me voy, el único que se queda hablando es el gordo, diciendo que quien ha venido es un maestro y explica lo que es un maestro. Hay uno de los coordinadores de la charla que me mira para que yo haga un gesto, de yo también no lo aguanto, pero yo he aprendido viajando que un extranjero si no quiere terminar preso, no hace gestos cuando la pelea arriba. El viajero mira y se va. ¿Dónde estaba? Ah, sí, terminé el espectáculo. 
Le digo a Fiore que me voy a cambiar y el se queda cuidando el espectáculo y soportando a un tipo que le grita. Yo me cambio y vuelvo, es el gordo que está enloquecido  diciendo que el micrófono estaba muy alto. Carla, está con la cara desencajada, el gordo la ha insultado durante el espectáculo varias veces, por eso bajó el micrófono en la bruja. Después me voy a enterar que el gordo se paró al lado de ella y los técnicos a gritarles desaforado que baje el volumen del micrófono. Los técnicos lo miraron y le dijeron que más no se podía bajar que generalmente un micrófono sirve para amplificar la voz, no para bajarla.  Yo estoy cansado y transpirado, ahora voy a volver a mi casa y encontrar a mis hijas, eso es lo único que me importa en este momento de mi vida, por eso cuando el gordo se me para enloquecido y me grita, me arruinaste el espectáculo, yo lo miro tranquilo pensando en mis hijas y le digo grazzie. Como el gordo entiende menos mi reacción se va, vuelve y me grita, eso no es ético. Ahí me acuerdo que cuando estaba por empezar la charla yo estaba leyendo una critica sobre Spinoza y sobre su ética. Ahí empiezo a pensar que en realidad que la única ética que me interesa comprender es la de Spinoza, la del gordo no. Giro a abrazar a Carla que ha empezado a llorar, y que trató de sostener mi espectáculo haciendo las luces mientras el profesor universitario tenía un ataque de histeria. Abrazo a mis amigos.  Fiore me mira y me dice, vos no entendiste que el gordo te gritaba que le habías arruinado el espectáculo, le dijiste gracias.  Yo le digo que lo entendí perfectamente y no me interesó en lo más mínimo lo que al gordo le pasaba. ¿La ética del gordo es ponerse a gritar en el medio de otro espectáculo? Fiore no puede reírse porque ve que Carla llora y quiere ir a cagar a trompadas al gordo. El se ha enterado de todo esto al mismo momento que yo, porque estaba del otro lado. Yo trato de abrazarlo de calmarlo. El teatro no importa, el teatro es otro trabajo, nada más. ¿Cuál es el propósito final del hombre libre para Spinoza? ¿Por qué se relaciona  con los otros el hombres, el hombre que arriba a la libertad? Spinoza en esto es tan claro, que hasta yo lo entiendo. El hombre se relaciona con los otros por amistad. 
Abrazo a mis amigos. Ellos me han recibido, me han acompañado, me han organizado presentaciones y me han llevado de la mano para que yo encuentre a Settimio, el zapatero, para que encuentre a Raffaele, mi chozno. Esto es la amistad. La vida dos veces.





1 comentario:

fuori dalle righe dijo...

Come fa soffrire l'ordinarieta della gente ma bisogna continuare.Forza ragazzi...bRavo Sergio. BUON VIAGGIO ...BUON RITORNO A CASA